jueves, 8 de mayo de 2008

David Campos: Renuncias y denuncias


¡Levanta el ánimo, hijo de dios! - se decía a sí-,
Hijo de un animal perfecto o de un cosmos involuntario,
Tienes el semblante de una naranja podrida,
De un helado derretido,
De una medalla inmerecida y de un colchón donde no se ama a nadie.
Tu idioma es una avioneta de pájaros mendigos que recurren al psicoanálisis conociéndose de sobras,
Tu lenguaje es obsoleto y merece singulares maltratos;
¡Cágate de miedo, perro cerdo, el arte es una catarsis del ser!
¡Arriba el jefe autoritario, abajo la solvencia, el arte es un concierto benéfico!
¿Y la política?
La política es muerte, cadáveres en descomposición, hijos de la ira,
Domingos inconscientes de gente en precariedad.
¿Hay que relativizar?
Hay que denunciar.
¿Y la comida?
¿Y el medio ambiente?
¿Y el hombre?
La fiera del manicomio, expresión del siglo.


Mi sistema histriónico es particular en el mundo, -no trates de imitarme, eres una rana-,
Mi sistema es criminal, ese es mi lenguaje, esas son mis palabras, las de la muerte, las de un rapero,
Una convulsión sarcástica imprime mi estilo
Y el terrario de mi nariz chafardera entona preguntas cansadas de su propia falta de lógica, al vacío:
¿De quién son esas manos que se yerguen tras el camino?
¡Jódete!
¿Cuánto has echado a la tragaperras para no desnudarte?
¡Jódete!
¿Hacemos el tantra de buena mañana?
¡Jódete!
¿Has visto ya “Jesucristo Superstar”?,
¡Jódete!,
Y el especialista neurótico, -al que no me dirijo-, balbucea:
¡Levanta el pene, hombre sereno, que se avecinan días cibernéticos!
¡Cierra los ojos, que el mundo es muy difícil!
¡Tu también cumplirás años y años!
¡Hachís para todos!

Ave María, llena eres de gracia, mejor no pensar
Porque se me levanta,
Porque se me trempa,
Tu alcantarilla preferida es un cosmos de imprecisiones
Que se repite como el acto de eyacular,
¡Hazme una lluvia dorada!

¡A proferir insultos digestivos!, -de mercenario a mercenario-,
¡A cagar multinacionales, que somos libres!
¡A dibujar graffitis en las paredes sólidas!
¡A destruir numeraciones, viñetas y brújulas!

¡Levanta peso, obrero ambicioso, que te grava la cámara!
¡Levanta la sopa, atrápala!
¡Hijo de dios, genérico gemelo en ropa interior,
Tu lenguaje viene de la luna, tu lenguaje es poesía barata,
Atrapa este llanto merecido, la fiera está para dominarla, hay que mejorar!

Duérmete niño, duérmete ya,
Que los buitres rondan,
Que los buitres han rondado ya,
Que se esconda la bestia, que se esconda ya,
Verás la sorpresa, verás las jetas de pánico,
ja, ja, ja…
JA; JA; JA

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tio eres un fenomeno, me has puesto los pelos de punta con tu lenguaje, transmites de miedo, en serio,en un momento nos has puesto a todos en un recipiente te has cagado dentro y lo has movido como una coctelera. Me gusta y he decirte que te has ganado un fan, en serio, admiro tu destreza a la hora de vomitar tus entrañas, es como si te tuviera delante y me miraras con ojos rojos por el insomnio y me salpicaras con tu saliva en un son de gritos que me hacen pitar mis timpanos y sudar mis manos. Desde aqui te mando un chapo y una reverencia, poeta de la virulencia.