sábado, 7 de junio de 2008

David Campos: HORMIGAS Y PIEDRAS

La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos.
Platón


Nada, amigos bondadosos:
Llego al trabajo por la mañana,
(amigos bondadosos no diagnosticados)
y me encuentro un percal agresivo, un jefe enajenado un poco calvo, reluciente de brillo,
que me pregunta:
-¿Qué es esa peste que haces guarro, tío cerdo?
Esto es un local decente, hay que venir limpio, hueles mal.
Y le contesto:
-Que mi bondadosa pareja me hizo una lluvia dorada ayer,
(desde arriba, como podrás imaginarte, porque me quiere mucho, supongo)
con ímpetu de concordia y afán de transgresión
y me he puesto unos calzoncillos cagados, para más inri,
y como eyaculé a las tres de la mañana me quedé dormido,
y esta mañana no he sido capaz de levantarme a tiempo para la higiene,
amigo bondadoso, porque tomo zyprexa (neuroléptico para sumisos de grandes causas)
y me da sueño
y he venido a trabajar hecho un guarro,
amigo bondadoso, y me he dormido en el tren,
y me he quedado solo,
y no he comprendido nada,
amigo bondad-oso,
pensando que el psiquiatra no contempla este tipo de sucesos y situaciones.

Y llorando sangre he emanado mi súplica:
-¡perdonadme, amigos bondadosos!.

Y el hijo puta del jefe me impreca:
-¡Vete al almacen, so guarro y bébete una coca cola sin cafeína, o te pego dos hostias!
Y yo comprendo que el jefe está conmigo, que
es un amigo bondadoso, y le respondo:
-Tiraré la lata vacía contra la pared y me revolcaré entre la mierda
del suelo, amigo bondadoso.

Con lo cual nuestro hipervínculo se traduce en una relación de tú a tú,
de jefe a cloaca, de ser humano a cagarrinas, de solvencia a sucedáneo,
amigos bondadosos,
y comprendo que el delirio razonable es mi única salida, la traducción de mi rol social
cuyo fin es sobresalir entre la masa, simplemente con yo saberlo, con yo comprenderlo, sin necesidad del otro ni de su verificación de los hechos,
ilustrísimos amigos bondad-osos, y concluyo que la sodomización está en la calle y no en el ser,
como todo el mundo piensa.

Y el hijo de puta del jefe me impreca:
-¡Y no se te ocurra pasarte más de tres días sin follar, cabrón!
Y yo entiendo que el conoce mi vida mejor que yo,
y que me cuida y me ofrece su discurso sabio de drogodependiente,
y comprendo que el amor es lo que hace mover al ser,
y bajo al bar a ver el primer partido de fútbol de la Eurocopa,
y voy al museo a reirme de los cuadros y a cagar en los lavabos
y me doy cuenta que el ser humano está hecho para conocer amigos bondadosos,
y tomarse la vida amigablemente, como las hormigas y las piedras.